1. Vista
El aspecto visual de un vino nos dará sus primeras impresiones. Si hablamos de un tinto, y a muy grandes rasgos, será más oscuro (granate) cuando sea un caldo joven, y más claro (teja) cuando sea viejo. Además, los reflejos brillantes con ribetes rosáceos indicarán que procede de una zona septentrional, mientras que los violetas querrán decir que viene de zonas más cálidas.
2. Olfato
El aroma de un vino nos revela más del 80% de sus características, y éstas se amplifican si se agita la copa. Los aromas primarios nos hablan de la uva, de las flores y de las frutas; los secundarios recuerdan a la madera, el bosque y las hojas; y los terciarios, presentes en los vinos viejos, sugieren aromas tostados, de vainilla, de café o de tabaco.
3. Gusto
El gusto, por su parte, nos informa sobre la dulzura, acidez y amargor del vino a la vez pero por separado. Además, también nos da sensaciones de frescor, calidez, suavidad, aspereza o densidad. Para ello, nada mejor que tomar el vino en pequeños sorbos y aspirando a la vez un poco de aire para oxigenar el caldo. El vino redondo será el que logre un mayor equilibrio..
4. Un vino para cada plato
A cada comida le va un tipo de vino. Así, para las sopas y las verduras lo mejor es un tinto ligero, pero el marisco y los pescados irán mejor con un blanco seco. A las aves asadas les pegan los rosados frescos, aunque si son en salsa es preferible el blanco, mientras que las carnes siempre irán con rosados, claretes o tintos.
5. ¿A qué temperatura?
Para degustar en todo su esplendor todas las características de un vino nada mejor que tomarlo a la temperatura adecuada. En este sentido, los cavas y espumosos se deben tomar entre 6 y 8ºC; los blancos y rosados jóvenes, a unos 10ºC; los tintos jóvenes, entre 15 y 16ºC; y los crianzas y reservas, entre 16 y 18ºC.
6. ¿Cuándo consumirlo?
Los expertos recomiendan consumir los blancos y rosados jóvenes antes de un año de su elaboración, mientras que para los rosados se aconseja hacerlo en los primeros 8 ó 9 meses. Los tintos jóvenes pueden beberse entre un año y medio y dos años después de elaborarse, pero una vez abierta la botella no debe conservarse más de dos días; y los crianzas y reservas deben abrirse una hora antes de consumirse.
7. ¿Cómo guardarlo?
Para conservar bien un vino nada mejor que guardarlo en un lugar fresco, oscuro y libre de olores fuertes, y a una temperatura de entre 10 y 14ºC. Si las botellas llevan corcho deben guardarse tumbadas, para que el corcho se conserve húmedo e hinchado e impida que entre aire. El cava también debe guardarse tumbado, aunque este caldo no envejece bien. Y para servirlo, siempre en copas de cristal finas y transparentes.